Estos días sólo quiero creer en un mundo al revés.
Poema de José Agustín Goytisolo cantado por Paco Ibañez
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Estos días sólo quiero creer en un mundo al revés.
Poema de José Agustín Goytisolo cantado por Paco Ibañez
Son las ocho y pico de la mañana y espero en el aeropuerto de Bruselas mi vuelo a Madrid. A estas horas prácticamente estarán rodas las mesas constituidas, las actas casi firmadas y las puertas de los colegios a punto de abrir. Once hors de votación y tres o cuatro de recuento.
Parece que en Madrid ha amanecido lloviendo. Aquí el día es nuboso pero con grandes claros. No sé a qué corresponde cada hecho meteorológico, si es bueno lo claro o malo lo oscuro. A fin de cuentas no son más que maneras de pasar el tiempo. Tocará esperar.
Buen voto y hasta mañana. Hoy será lo que nosotros queramos que sea.
No sé si será la congestión o el viaje de ayer, pero me he levantado preguntándome:
-Yo soy de izquierdas, ¿no?
¿Pero qué nos pasa? A dos días de un posible control casi absoluto de todo, y repito: TODO, por parte de la derecha, ¿tenemos dudas sobre qué hacer?, ¿estamos seguros de que la rabia es motivo suficiente hundir el barco?
Como le decía más o menos ayer a un twittero militante de esa supuesta “izquierda verdadera”:
-Espero que algún día nos encontremos todos de verdad a la izquierda y que no sea para llorar.
¡Es que ni con la letra de La internacional nos ponemos de acuerdo!
Imagen bajo licencia Wikimedia Commons
¡REFLEXIONA HOY, REGÁLATE TRES DÍAS Y PLANTA ROSAS EN EL CAMPO!
Será porque es temprano o porque todavía no me he duchado, pero tengo la sensación de que el mundo hoy es un poco peor que ayer.
Faltan cuatro días para las elecciones y apenas quedan fuerzas y ganas para llegar al final, pero sé que no puedo pararme. Debo invertir esa tendencia y abandonar el desasosiego y la desesperanza.
¡Vale ya! Voy a ducharme, abrigarme y atarme los zapatos. Hoy también hay que salir a la calle.
Esta última es quizás la que más duele porque estoy seguro de que podía haberse convertido en la ley definitiva, en esa gran ley que protegiese nuestra dignidad, autonomía, identidad y libertad y desterrase de nosotros de una vez por todas esa alma de caballero andante o de buen samaritano que nos predispone a ofrecer nuestras espaldas y nuestros músculos para ayudar a cruzar el charco al pobre "impedido".
Somos de izquierdas, socialistas y solidarios, pero parece ser que todavía encontramos excusas y matices o no nos queda claro que un coche mal aparcado, un escalón, una acera estrecha, un mostrador alto o un debate sin doblaje para sordos, pisotean todo aquello en lo que creemos, proclamamos y vitoreamos.
Algo tan simple como un colegio al cual no puede entrar un ciudadano con discapacidad. ¿Es eso igualdad de trato?
Piensa en esto:
- No quiero tu ayuda, quiero tener tus oportunidades.
- Ni de izquierdas ni de derechas.
¿Qué quiere decir eso?... ¡Ah, sí!, era eso del pensamiento único.
- Todos los políticos son iguales.
¿Fisiológicamente? Si es así, estoy de acuerdo.
- Democracia asamblearia.
Dime cuantos amigos tienes y te diré quién eres.
- Partido minoritario y mayoritario.
¿Yo, mi, mío? o ¿él, tú y yo? Me gusta el concepto matemático de conjunto como una colección de elementos que a su vez pueden agruparse en subconjuntos independientes.
- Liberalismo y socialdemocracia
Menos estado = Desprotección. Eso sí, a algunos les irá mucho mejor.
Como las plantas, la democracia se seca si no se riega y acabaremos perdidos si olvidamos las reglas del juego, abandonamos el sentido crítico o perdemos la perspectiva y la escala de las cosas.
Recuerda que las hormigas gigantes no pueden existir ya que se desplomarían al no poder aguantar su propio peso.
El cartel de la entrada corresponde a la película "Them!" de 1954, dirigida por Gordon Douglas.