Aprovechando que han pasado cinco años desde que el PP decidió presentar un recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio homosexual y que hoy hay una concentración de ciudadanos frente a la sede del PP a favor de la libertad de elección de dos personas que deciden emprender una vida juntas y lo quieren hacer como diría aquel, “como dios manda”, voy a intentar entender cuál es el problema.
Puede que se trate de un problema de orden ya que las cosas “como dios manda” siguen una jerarquía, en este caso:
- Vivir solo o sola: Cuando se es solterón o solterona.- Vivir con más gente: Compartir piso en época de estudios. No se permiten pisos mixtos.
- Vivir en pareja: Con sexo vives en pecado. Sin sexo te ayuda a conocer a tu pareja y comentar ese futuro de vida en común. En esta última opción hay que ir con cuidado porque uno puedo acabar compartiendo cama y quién sabe si follando.
- Vivir como pareja de hecho: Es parecido a vivir en pareja, se sigue viviendo en pecado pero con los mismos derechos que tiene un matrimonio.
- Vivir en matrimonio: Compartir una vida y procrear, a poder ser sin disfrutarlo. En tres palabras: Como dios manda.
Pues sí, parece que desde este punto de vista el orden de las cosas “como dios manda”, es importante ya que pone a cada uno en su sitio: al hombre, macho, a la mujer, mujer, al gay, maricón y a la lesbiana, tortillera.
Quizás se trate de un problema formal. Para ello voy a ver si desde este punto de vista se puede aclarar algo la cuestión. En estos casos la RAE es una gran aliada. Veamos qué nos tiene que decir:
matrimonio.
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
2. m. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.
3. m. coloq. Marido y mujer. En este cuarto vive un matrimonio.
4. m. P. Rico p. us. Plato que se hace de arroz blanco y habichuelas guisadas.
hombre.
(Del lat. homo, -ĭnis).
1. m. Ser animado racional, varón o mujer.
Conclusiones:
- Si en Puerto Rico según la cuarta acepción se reconoce como matrimonio: “Plato que se hace de arroz blanco y habichuelas guisadas.”, por qué no: “Unión entre dos personas, independientemente de su sexo, concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.”. La tercera acepción puede quedar como anacronismo ya que la inercia de años de matrimonios mixtos, necesita algún tiempo para adaptarse.
- Aunque si no queremos pasar por Puerto Rico, podemos usar la primera acepción de la RAE para hombre. En ella, haciendo uso de la ausencia de género, nos deja claro que se trata de seres animados racionales, tanto hombres como mujeres. Pues ya está, vamos a simplificar la primera acepción de matrimonio y vamos a decir que se trata de; “Unión entre hombres concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.”
No sé, pero creo que hemos llegado a una solución ajustada a la forma en la que las cosas como dios manda sean compatibles con las cosas como son. ¿O no? Es cierto, se me olvidaba que para que esto sea posible hace falta el respeto por las ideas y por la libertad de los demás, por lo que creo que al final, no hemos solucionado nada, aunque como grita mi compañera vihernes: "¡La justicia llegará!".
Puede que se trate de un problema de orden ya que las cosas “como dios manda” siguen una jerarquía, en este caso:
- Vivir solo o sola: Cuando se es solterón o solterona.- Vivir con más gente: Compartir piso en época de estudios. No se permiten pisos mixtos.
- Vivir en pareja: Con sexo vives en pecado. Sin sexo te ayuda a conocer a tu pareja y comentar ese futuro de vida en común. En esta última opción hay que ir con cuidado porque uno puedo acabar compartiendo cama y quién sabe si follando.
- Vivir como pareja de hecho: Es parecido a vivir en pareja, se sigue viviendo en pecado pero con los mismos derechos que tiene un matrimonio.
- Vivir en matrimonio: Compartir una vida y procrear, a poder ser sin disfrutarlo. En tres palabras: Como dios manda.
Pues sí, parece que desde este punto de vista el orden de las cosas “como dios manda”, es importante ya que pone a cada uno en su sitio: al hombre, macho, a la mujer, mujer, al gay, maricón y a la lesbiana, tortillera.
Quizás se trate de un problema formal. Para ello voy a ver si desde este punto de vista se puede aclarar algo la cuestión. En estos casos la RAE es una gran aliada. Veamos qué nos tiene que decir:
matrimonio.
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
2. m. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.
3. m. coloq. Marido y mujer. En este cuarto vive un matrimonio.
4. m. P. Rico p. us. Plato que se hace de arroz blanco y habichuelas guisadas.
hombre.
(Del lat. homo, -ĭnis).
1. m. Ser animado racional, varón o mujer.
Conclusiones:
- Si en Puerto Rico según la cuarta acepción se reconoce como matrimonio: “Plato que se hace de arroz blanco y habichuelas guisadas.”, por qué no: “Unión entre dos personas, independientemente de su sexo, concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.”. La tercera acepción puede quedar como anacronismo ya que la inercia de años de matrimonios mixtos, necesita algún tiempo para adaptarse.
- Aunque si no queremos pasar por Puerto Rico, podemos usar la primera acepción de la RAE para hombre. En ella, haciendo uso de la ausencia de género, nos deja claro que se trata de seres animados racionales, tanto hombres como mujeres. Pues ya está, vamos a simplificar la primera acepción de matrimonio y vamos a decir que se trata de; “Unión entre hombres concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.”
No sé, pero creo que hemos llegado a una solución ajustada a la forma en la que las cosas como dios manda sean compatibles con las cosas como son. ¿O no? Es cierto, se me olvidaba que para que esto sea posible hace falta el respeto por las ideas y por la libertad de los demás, por lo que creo que al final, no hemos solucionado nada, aunque como grita mi compañera vihernes: "¡La justicia llegará!".
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