Una vez más la impunidad está a punto de hacer aparición y de ejercer su brutal lógica. Israel, pueblo elegido que aplica el ojo por ojo sin ningún tipo de control, con la legitimidad divina para hacer y deshacer a su antojo pasándose por el arco las leyes y mandatos internacionales y principios básicos de convivencia , reclama de nuevo su puesto.
Cuando la ley se convierte en dogma de fe, la suma está clara: uno de los míos equivalen como mínimo a cien de los tuyos.
La aritmética de la venganza escapa a cualquier lógica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario